miércoles, 20 de diciembre de 2017

¡FELIZ NAVIDAD!

 En el 800 aniversario de la llegada de los primeros franciscanos a Tierra Santa, desde la Comisaría de Tierra Santa de la Provincia Franciscana de la Inmaculada, os deseamos una FELIZ NAVIDAD, y nuevo año lleno de la paz y el bien del Niño Dios.

Fr. Luis Quintana, Fr. Alfonso García,

Fr. Antonio Mora, Fr. Emérito Merino,

Fr. J. Jordi Escrivá, Fr. Pedro González
Cuando el pasado 11 de junio, domingo Solemnidad de la Santísima Trinidad, un nutrido grupo de peregrinos visitaba Nazaret, estaban todos sus componentes con una viva curiosidad por acceder al pequeño museo que tienen los franciscanos en el Poblado Evangélico. Eduardo, el responsable y cuidador del mismo, libraba por ser día festivo. No pasa nada: el hermano guardián o cualquier otro fraile de la Fraternidad nos facilitará la llave, pensaban. "No están ni el hermano guardián ni ningún otro hermano de la comunidad. Se han ido todos en peregrinación a San Juan de Acre". Esa fue la información  que dieron en la portería del santuario basílica de la Anunciación. Desilusión, porque merece la pena la visita de esta pequeña colección arqueológica, expuesta en el mismo lugar donde fueron encontrados los valiosos testimonios allí exhibidos.

El día siguiente supimos, por escrito, cuál era la razón de la ausencia total de frailes en Nazaret: "Con una peregrinación y una celebración presidida por el P. Custodio, acompañado de unos setenta frailes, y posterior visita arqueológica al lugar, guiada por Fr. Eugenio Alliata, se ha dado el pistoletazo de salida, en San Juan de Acre, a los Actos conmemorativos de los 800 años de la llegada de los hijos de Francisco de Asís a la Tierra Santa en el año de 1217.
Esta efemérides nos llena de gozo y significa el reconocimiento a la ingente labor llevada a cabo por los frailes de la cuerda, a lo largo de ocho siglos, regada con el derramamiento de sangre de varios centenares de hermanos. Se cerrará el ciclo de eventos a finales del año 2019 con el recuerdo de otro acontecimiento: El arribo al mismo puerto de San Juan de Acre del Padre Francisco quien, después de visitar Damieta, con la expedición de la V Cruzada, y de entablar una entrañable amistad con el sultán Malek-Al-Kamel, llega decidido, ilusionado, entusiasmado... por visitar los lugares  donde ocurrió nuestra redención. Jacobo de Vitry, recién nombrado Obispo de Acre, lo recibe y nos transmite la noticia de su llegada.  No nos dice que lugares visito Francisco en Tierra Santa, si llego a Jerusalén y visito el Santo Sepulcro, si tuvo la dicha de visitar la Gruta de Belén... nada en absoluto. Las fuentes franciscanas de la época callan y, de este silencio, nos nace la sospecha de que su ilusión no quedo totalmente colmada. Creemos que, si Francisco hubiera visitado Belén y vivido allí la Navidad, lo hubiera pregonado por los cuatro puntos cardinales e, incluso, hubiera marcado un antes y un después en su vida. Celebrar la Navidad en Belén hubiera tenido mayor contenido, mayor vivencia y presencia del Hijo de Dios en su vida que celebrarla en Greccio.
Los peregrinos celebran la Nochebuena en el Campo de los Pastores. La iglesia parroquial, católica y franciscana, de Santa Catalina queda reservada, fundamentalmente, para la liturgia navideña de los cristianos locales. Los peregrinos oyen en primer lugar al evangelista San Lucas anunciar: "En aquella región, había unos pastores que pasaban la noche al aire libre velando por turno su rebano y un ángel del Señor se les presentó y les dijo: os traigo la buena noticia, hoy en la ciudad de David os ha nacido el Salvador, el Mesías, el Señor... Los pastores fueron corriendo y encontraron a María y a José y al Niño acostado en el pesebre".
Con la misma sencillez y con la misma fe que los pastores los peregrinos acogen la "gran noticia" del nacimiento de Cristo. Se celebra la misa del gallo también por turnos y así hasta cerca de 30 celebraciones de Nochebuena invaden la gélida y, al mismo tiempo, calurosa y acogedora noche del 24 de diciembre. En esta cueva un grupo de españoles amenizan la celebración con sus bulliciosos villancicos, en la otra un grupo de habla inglesa lo hace con menos algarabía, también hay un grupo exótico de Indonesia, otro de chinos... no faltan los italianos y franceses... hasta ocho misas de Nochebuena se están celebrando al mismo tiempo. No hay mantecados ni turrón, hay fe profunda y sentimientos que brotan de lo más hondo del alma. Hay alegría contenida que, al final de la celebración, desborda en júbilo. Mañana 25, día de Navidad, iremos a Belén a ver "lo que nos ha dicho el Señor'. 
¡¡¡FELIZ NAVIDAD PARA TODOS!!! Hemos tocado la presencia del Niño Dios entre nosotros y continuamos la peregrinación rebosantes de alegría: Dios se ha quedado con nosotros.
Fr. Pedro González González



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