martes, 21 de noviembre de 2017

NUEVOS TESTIMONIOS DE PEREGRINOS


Paz y Bien.

Como ha sucedido otras veces, son varios los peregrinos que tras su paso por Tierra Santa nos cuentan su experiencia y lo que este viaje está suponiendo en sus vidas. Ahí van unos cuantos que nos han enviado para compartirlos y que puedan servir de estímulo a quienes estén pensando en peregrinar a la Tierra del Señor::


- Dominique y Javier: “No hay ni un solo día que no sepa a Tabor.”

“He esperado a que pasasen unos días para que se calmasen las aguas turbulentas que llevaba dentro mientras peregrinaba por Tierra Santa. 
El volver a casa, después de cualquier viaje, conlleva poner orden a lo vivido. Sobremanera y con mayor razón a la vuelta de Jerusalén. Dejar que se vaya posando ese sinfín de turbaciones y emociones fuertes vividas en la interioridad personal o/y compartidas con el grupo. Aunque hayan pasado casi dos semanas, reconozco que las emociones siguen intensas y en ebullición. Resulta difícil verbalizar. Valgan estas pocas pinceladas.  Aquí va mi modesto, muy modesto sentir.
   Peregrinar es caminar y encontrarse con Cristo. Cada uno tenemos nuestro momento escogido por Él. En cada rincón de Galilea, Samaria y Judea, El Señor nos espera. Para unos, será en el lago de Genesaret, en el Huerto de los Olivos, para otros, en la casa de Caifás, o a la entrada en Jerusalén,  o durante la visita a esos niños palestinos deficientes mentales, al cuidado de una joven monja argentina. 
       Tarde o temprano, arde nuestro corazón. Entonces son instantes de ojos nublados por las lágrimas - difíciles de contener - de puro júbilo por sentir tan cerca Su Presencia. Cercanía geográfica por todos los lugares santos recorridos. Y cercanía espiritual por tener el corazón ardiendo, dispuesto a escucharle, verle y hablarle.
Él nos toma consigo. Nos lleva al Tabor. No hay ni un solo día que no sepa a Tabor. ¡Qué bien se está en Nazaret, en Emaús, en todos los sitios! 
      Pero hemos de bajar del monte y dar testimonio de lo que hemos vivido. Cuando amigos y familiares me preguntan, las palabras, las explicaciones saben a poco, a tan poco. No logran transmitir toda la fuerza y todo el peso de las vivencias. 
Sí, es cierto, hay un antes y un después de Tierra Santa. Doy fe de ello.
    La peregrinación a los lugares santos es nuestro quinto Evangelio.
No puedo no preguntarme por qué, por qué, Dios Santo, esperamos tanto para hacer este viaje. Quisiera animar aquí y ahora a todos los jóvenes para que no lo dejen para tan tarde. Háganlo YA. 

   Tierra Santa da un vuelco a nuestra manera de enfocar lo cotidiano y sobremanera  de vivir con, por y en Cristo”.


- Juan Antonio Magro: “ podemos afirmar que se cumplieron nuestras expectativas”

    “Emprendimos el viaje a Tierra Santa con el ánimo de afianzar nuestra fe, y podemos afirmar que se cumplieron nuestras expectativas. Ha sido una maravillosa experiencia en Tierra Santa y espectacular la extensión a Jerash y Petra. Las reflexiones, explicaciones y religiosidad del guía espiritual han impregnado el ánimo de todos y ha contribuido decisivamente al éxito de la peregrinación. La visita a los lugares que tuvieron la presencia de Jesús, María y José nos ha llenado de emoción. Hemos regresado muy satisfechos, con un ánimo espiritual renovado. Atestiguamos la inmensa labor de la orden franciscana en cuanto al cuidado y conservación de los Santos Lugares.”


- Una peregrina americana: “ reinaba una paz y serenidad en el espíritu de nuestro grupo”

    “La experiencia del peregrinaje superó nuestras expectativas. Fue mágico. El itinerario fue más o menos como lo imaginamos pero no habíamos previsto lo maravilloso que fuera la gente de nuestro grupo liderado por el mejor posible mentor, Padre Pedro, excepcional en su habilidad para transmitir no solo la historia sino el sentido de importancia espiritual de los lugares que marcaron la vida de Jesús, e igualmente excepcional por su calor humano.
      Los días fueron largos, intensivos y a menudo apresurados por la programación ajetreada. A veces el andar fue arduo, especialmente para algunas personas, y el calor incómodo. Sin embargo, a pesar de todo esto, reinaba una paz y serenidad en el espíritu de nuestro grupo de peregrinos en todo momento”.

- José Mari: “este viaje ha supuesto un regalo”

  “La verdad es que cuando vuelves a casa y piensas "reposadamente" en todas las emociones vividas en estos días pasados, mi conclusión es, que me siento muy afortunado de haber podido vivir unos días tan especiales y tan difíciles de olvidar por lo que doy gracias a Dios por ello.

     Independientemente de todos los lugares que hemos visitado, tan importantes para nosotros, y que de por sí, ya sería suficiente para estar tremendamente satisfecho del viaje, yo valoro mucho también el "IVA" que para mí ha tenido este viaje y que ha supuesto un "regalo" añadido, creo para todos.

    Una parte del "regalo" fue para mí conocer "un guía" de la categoría guía franciscano (fr. Pedro González), su impresionante memoria y sus profundos conocimientos no solamente sobre los motivos que visitábamos, sino de cualquier otro tema que se terciara..., me admiraba, ¡¡Todavía sigo impresionado!! Y creo que como "guía" es muy difícil de igualar...¡¡Muchas Gracias Padre!! Y que Dios le de mucha salud para que mucha más gente durante muchos años pueda beneficiarse de sus conocimientos...

   La segunda parte del "regalo", me supuso también una agradabilísima sorpresa. Me refiero a la relación tan entrañable que desde el primer día surgió entre todos nosotros. Pronto hablábamos todos con todos, pronto nos fuimos conociendo, aprendimos los nombres de casi todos, sus lugares de residencia, etc. Con cada persona que hablaba era una “comunicación especial” reinaba la “confianza” como si nos hubiéramos conocido de toda la vida. Si surgía algún problema de salud, enseguida surgían “medicinas” por varios sitios..., y te sentías muy a gusto en ese grupo verdaderamente entrañable…"

- Santi y  Pepi: “sencillamente inolvidable”

    "Lo que este viaje de peregrinación a los Santos Lugares ha significado para nosotros, ha sido una hermosa y profunda vivencia de Jesús y su Mensaje, a través del recorrido y la visita de tantos lugares llenos de simbolismo, porque en ellos estuvo Jesús. Que bonita y profunda resultaba la lectura de los textos evangélicos allí donde tuvieron lugar.

   La renovación de los Sacramentos fueron momentos inolvidables, porque en esos momentos tuvimos unas vivencias desconocidas en el hecho en sí de los mismos. 

  La visita a tantos lugares bíblicos parecían como algo mágico e increíble, y si a todo esto le unimos también el aspecto arqueológico, el aspecto histórico, el aspecto sociopolítico, y tantas y tantas cosas que no voy a enumerar, porque no acabaría... sencillamente un viaje inolvidable y lleno de recuerdos imborrables."


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